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“El juego del azar”
La esperanza siempre nos iluminará frente a obstáculos externos o internos. Vivamos en el presente, confiemos en nuestra intuición, pensemos en grande y volemos con sentido.
El juego acaba de comenzar. Las reglas son muy simples:
Primero, parten todos iguales, sin definir.
Segundo, nadie dirá la razón por la que llegó aquí, es tu trabajo descubrirlo y atesorarlo.
Tercero: no hay ganadores.
Puede parecer confuso, sin sentido, hasta injusto. Pero la realidad recae en que la vida es: el juego del azar.
Este es el momento, los peones empezarán su movida. Cada uno descubrirá cómo utilizar sus cartas, cuándo avanzar y cuándo detenerse. Es un trabajo arduo y sin sentido aparente: la primera ronda trata del descubrimiento, es el momento de caer y volver a empezar sin tener miedo al fracaso, es el primer paso que te diferenciará del resto, no tienes que saber dónde te diriges, lo importante es vivir el momento y aprender sobre la marcha.
Luego se dividen los caminos y los peones empezarán a jugar sus primeras cartas. Van decidiendo pequeños aspectos que los harán destacar con el tiempo, en el momento pueden parecer insignificantes: como tu color favorito o si decidiste tener una sonrisa esa mañana, decisiones que sin quererlo desencadenarán un efecto dominó infrenable que tendrá presencia en las etapas siguientes que vivas y no habrá manera de detenerlo. Puede sonar tenebroso pero es parte del proceso.
Todos somos ganadores de nuestro propio juego.
Hasta que el tiempo para sin previo aviso.
Todo lo que has construido sin ser consciente de ello se centra en los obstáculos que enfrentaste en el camino y pueden provenir de distintos lados: muchas veces desapercibidos; como dificultades externas y hasta demonios internos. Son ellos los que te obstruyen el paso sin tener instrucciones claras para poder continuar y los que de alguna manera y sin saberlo todavía, intentan hacerte más fuerte.
Parece no haber salida aparente, te ves envuelto en un remolino que no termina que avanza más rápido de lo procesable y es tú trabajo descubrir cómo detenerlos.
Estás nublado, sin poder ver la realidad del asunto. Hasta que ves a lo lejos un pequeño haz de luz que lucha decidido por ser más fuerte. Es la esperanza la que te lleva a seguir peleando, la que te alcanza su mano para que puedas tomarla. Llega desde lugares repentinos, como la risa de un cercano o de la suave brisa de un día de verano. Debes aferrarte a ella e intentar hacerla crecer en medio del caos al que estés enfrentando.
La esperanza cada vez es más fuerte gracias a tu imparable y valiente esfuerzo, te da las herramientas para eliminar tus obstáculos. Todo apunta a que la luz va creciendo y la noche finalmente está terminando.
Pero la vida a veces tiene otros planes, y tienes que pelear aún más fuerte para ganarle a las dificultades que te propone. La esperanza se encuentra en medio de una lucha en donde debe juntar todas sus fuerzas para vencer, esta vez la suerte de los dados no se encuentra de su lado. Está en ti cambiar el rumbo del juego.
Ahora se cambian los roles: la esperanza logra tomar la delantera y los obstáculos disminuyen, no es que hayan desaparecido, sino que logran poco a poco convivir unidos. Porque recuerda, no debes centrarte en los terrores del pasado ni preocuparte de lo incierto del futuro, debes jugar cada movida sin pensar en la siguiente, concentrándote en el momento del ahora.
La claridad de la esperanza predomina el lugar y ha logrado dominar después de mucho esfuerzo a los obstáculos del camino. Pero el enfrentamiento no ha sido en vano. En cada jugada contra el adversario vas aprendiendo de él, te preparas para próximas situaciones donde la oscuridad amenace tu estabilidad.
Es ahora donde tienes las herramientas para manejar las cadenas que te retuvieron en el pasado, lograr la paz y calma de sentirte pleno. Todos los pasos dados anteriormente van tomando forma, tienen un sentido en su ser, estamos llegando al final de la partida.
En el transcurso del juego apreciamos el avance de los peones. La manera en la que todos los pasos que diste, los obstáculos y las derrotas que se convirtieron en aprendizajes con el tiempo junto a las decisiones que tomaste a lo largo de tu camino explican las reglas mencionadas al inicio.
Todas tus acciones, conscientes o no, han logrado transformarte en quién eres hoy. Recordarte la esencia de lo que te motiva. Segundo, la razón por la que estás aquí sigue estando oculto, es un secreto que cada uno guarda dentro de sí mismo.
Vive en el presente, confía en tu instinto, piensa en grande y vuela con sentido: estas son pequeñas cosas que reúnes en tu viaje que logran hacer de la vida un juego único y con sentido.
¿Lo entiendes ahora?
Encargada de Cartonaje:
Florencia Romo Hevia