Con gran alegría nos estamos reuniendo como comunidad, en el Patio de Colores, para celebrar y alabar a nuestra madre María.
Cada día experimentamos de un modo especial la ternura maternal de María y, a su vez, las niñitas le demuestran su cariño con oraciones, cantos y flores.
Cada día ponemos en sus manos nuestra vida e invocamos su presencia maternal como madre de la misericordia.